Quienes Somos
En el año 1954 llegaron provenientes de
Chile, el Pastor José G. Minay y su esposa Eliana, quienes fueron pioneros de
la Iglesia de Dios en el Paraguay. En el año 1956 el Pastor Minay impartía
clases bíblicas en Asunción.
En 1957 los misioneros Vessie Hargrave y
Jaime Cross participaron en una Convención en Colonia Independencia y se dio
comienzo a una Escuela Bíblica con 14 alumnos, en su mayoría del Departamento
del Guairá. De este modo se iniciaba la educación bíblica – teológica, siendo
el Pastor José Minay el primer director de la institución educativa.
De allí en adelante pasaron muchos alumnos,
profesores y directores de la institución, hasta que alcanzó el nivel de
Seminario Teológico, llegando a otorgar en una promoción un Bachillerato
Superior en Teología, siendo en esa oportunidad director, el Dr. Antonio
Montiel.
Nos constituimos como siervos-líderes, para formar a otros líderes, y
estaremos batallando hasta que el Señor venga a llevar a su iglesia,
instruiremos en toda la verdad de Cristo, y en las grandes ventajas de dar de
lo que Dios nos ha dado por Gracia, revestidos siempre de amor, para
constituirnos en luz para este mundo que tanto lo necesita.
Nuestra Misión
Existimos para servir a nuestra generación,
formando y equipando a hombres y mujeres en los valores de la fe cristiana para
que sirvan eficazmente al mundo de hoy.
Desde esta perspectiva, vemos la necesidad de acompañar procesos de
avance de la Iglesia de Cristo y la posibilidad de ofrecer al mundo, líderes
con una formación integral que respondan a las necesidades más sentidas.
Por esta razón estamos comprometidos en la formación de educadores que
puedan influenciar a las próximas generaciones con los principios y valores
éticos del Reino de Dios.
Nuestro Desafío
Nuestro verdadero desafío constituye preparar a las nuevas generaciones
para llevar adelante la GRAN COMISIÓN, no existe otra prioridad, y es nuestro
compromiso y deber como siervos de Dios en esta hora cumbre, proporcionar
recursos espirituales y tecnológicos sobre aquello que Dios mismo nos ha dado,
dones y talentos, desarrollados, que servirán para ir al campo de batalla con
las armas espirituales, y las herramientas necesarias, utilizándolas con
precisión y autoridad, apoyados estos, en la permanente llenura del Espíritu
Santo.
Para ello contaremos con la infraestructura más moderna, con
instalaciones y recursos tecnológicos adecuados para llevar adelante la formación al más alto
nivel profesional y espiritual, de todas las personas, líderes en sus congregaciones
que con su testimonio de vida e impacto profundo en la sociedad, llevaran la
Palabra de Dios a cada rincón del Paraguay, y a otros lugares fuera de nuestra
nación.
En el proceso de transferencia estaremos contando con hombres y mujeres
llenos del Espíritu Santo, llamados por Dios, profesionales de amplia
experiencia y logros comprobados, a fin de proveer las mejores herramientas a
las manos de otras personas, que también llevarán en sus corazones la gran
comisión en lugares donde les toque servir.
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